Los nuevos tiempos nos imponen retos impensables, la clave del éxito será la adaptación y crear procesos que nos permitan continuar haciendo aquello que amamos.

Fuente Halo Dance Studio
Este post reúne testimonios de maestros, alumnos y padres. De cómo están viviendo esta nueva forma de danzar y muchos consejos para sacar partido de la tecnología y avanzar en los procesos.
Los maestros líderes entusiastas y comprometidos.
Desde el punto de vista de los maestros se han superado bastantes retos, las maestras Luisa Carmona, Juliana Cardona, Paula Calderón y Julián Ospina nos comparten sus experiencias:
Lograr que las niñas se conecten a las clases, de manera disciplinada y que mantengan la atención durante la duración del encuentro, planear bien las clases desarrollando contenidos que minimicen los accidentes por no tener los recursos adecuados y de esta manera evitar lesiones.
Conseguir que la clase sea igual de cautivadora que si estuvieras allí con los alumnos frente a frente. Y que se mantenga el interés y la atención durante el tiempo de clase, no afectar el proceso que se traía con el grupo, flexibilizar la metodología adaptándola a las circunstancias.
Para Juliana el sonido ha sido un punto relevante para el éxito de sus clases, explorando las tecnologías adecuadas, que no compitan con la voz del maestro y se mantenga la calidad del sonido y por lo ende de las clases.
Para los chicos la virtualidad a pesar de no ser lo ideal en el aprendizaje de la danza les permite aprender y conocer una nueva metodología de conexión retándolos a trabajar la atención y la concentración con capacidad de respuesta desde un estímulo distinto y que implica una interacción más global de todos los sentidos. La virtualidad no impide la conexión con el ser, saca a los chicos de la rutina de estar conectados con el colegio, la universidad y el trabajo.
Julián Ospina afronta de forma muy creativa el reto para la escuela Renacer que es llegar a cada familia, pues hay muchas que no tienen posibilidad de conexión a internet, entonces a las que no se pueden conectar a clase, les envía tareas por el WhatsApp de los acudientes.
Los maestros dan importantes recomendaciones para hacer de este un proceso exitoso:
- Hacer las rutinas de calentamiento de forma divertida que tenga a los chicos conectados y le den la importancia que implica esta parte de la clase para evitar lesiones. Además, garantizar que se cumplan todas las partes de la clase: calentamiento, parte central y estiramiento.
- Serenidad y tranquilidad para entender que una reunión virtual es diferente a un encuentro físico en el salón de danza, ya que los encuentros virtuales dependen de una conexión que algunas veces es inestable, que no va a tiempo real pues el video y/o la música pueden llegar desfasados.
- Los profes deben hacer altos en el tiempo de clase para pedir a los chicos que hagan el ejercicio y poder dar la retroalimentación a cada uno.
- Estar muy en contacto con los alumnos y sus familias para darles siempre la información clara y oportuna de las clases, la logística, estar pendiente de cada alumno en la cámara y observar bien su espacio y lugar de trabajo, su vestimenta, su forma de actuar durante la clase para poder dar la mejor instrucción adaptada a las características de cada uno.
- Pedirles constante retroalimentación a los alumnos.
- Mantener un grupo de WhatsApp con ellos, enviarles información que los inspiren a seguir conectados con la clase y sus objetivos. Desde el Instagram también seguirse mutuamente para mantener un lazo constante durante este proceso de tantos cambios.

Fuente Instagram Andrea Wolff Ballet
Y los bailarines ¿cómo viven sus procesos?
Para la mayoría nunca fue una opción el parar, así que han tenido que encontrar formas para seguir conectándose con el baile, cuidando de su cuerpo y siendo consciente de su espacio.
Como lo expresa Ana María Martínez “No ha sido fácil, pero me alegra saber que puedo seguir haciendo lo que más me gusta a través de otras exploraciones”. Por esto asegurar la disponibilidad del tiempo para la conexión (muchos estudian y /o trabajan) y un espacio físico en sus hogares fue el primer paso. Posterior a esto muchas son las cosas positivas que destacan de haber continuado con las clases virtuales:
Las clases aportan muchísimo a la salud física y mental. Es una excelente motivación para pararse del computador y aunque sea necesario superar obstáculos, vencer la pereza de bailar en un piso inadecuado y sin una barra; una vez empiezan las clases, estás sirven para desconectarse de lo demás y disfrutar el saber que al otro lado de la pantalla están los otros compañeros, la profesora dictando la clase, y que todos logran re conectarse con la danza.
La mayoría de los bailarines son muy activos y el sedentarismo que impone este nuevo estilo de vida es un reto mayor, estos encuentros virtuales les han dado la oportunidad de seguir moviéndose y mantener una rutina de entrenamientos.
Ana María recomienda a otros bailarines: “Tomarlo con calma y escuchar al cuerpo, las clases te ayudan a pasar estos momentos que en ocasiones pueden llegar a ser monótonos. Este es el momento para explorar otros géneros que antes te daban pena, tal vez puedas tomar una clase virtual e ir viendo poco a poco, hasta te puede llegar a gustar; puedes intentar con ejercicios de fortalecimiento como alternativa si algunos días no te sientes cómodo bailando frente a una cámara, tu cuerpo luego agradecerá todo ese entrenamiento. Sin embargo, creo que si eres bailarín, sabes que no puedes dejar de bailar así de la nada, es por eso que lo mejor es tratar de tomar así sea una o dos clases virtuales, conociendo y escuchando tu cuerpo, no tienes y no debes exigirte igual a como lo hacías en el salón, sino que tu cuerpo pueda de nuevo recordar esas formas, para que cuando por fin podamos regresar, no llegues lesionado por hacer fouettes en punta en la baldosa cristalizada, pero en cambio con una memoria muscular que te permitirá retomar todo más fácil de lo que pensabas”.
Además de los beneficios a nivel corporal la virtualidad ayuda a establecer relaciones afectivas, la profe Juliana Cardona nos comparte que una vez a la semana los chicos tienen un espacio para contar su “historia de la semana” esto estrecha lazos de amistad con sus compañeros por que les permite compartir de su día a día mas allá de la danza y lo disfrutan mucho.
Los alumnos de Julián se quedan conectados mostrando sus juguetes y mascotas a los compañeros.
Desde los más grandes hasta los bailarines más chiquis todos reconocen las ventajas de las clases virtuales:
- No pasar tanto tiempo conectados al celular.
- Mantener el buen estado físico aportando mucho al fortalecimiento y al estiramiento, en general mejorar la salud física.
- A nivel mental: les permite estar cerca de sus amigos y sus profes, los inspira y les llena el alma.
- Todos aconsejan continuar el proceso desde la virtualidad parar no es una opción para ellos.
Los padres factor clave de éxito en este proceso.

Fuente Instagram Andrea Wolff Ballet
Los padres resaltan que las academias han hecho una gran labor, les han enseñado a utilizar recursos de su cotidianidad para adaptarlos al trabajo, tienen propuestas divertidas para las clases disminuyendo la monotonía, mantienen comunicación permanente con los padres dándoles seguridad en los procesos de conectividad.
Garantizan la conectividad con el uso de las mejores plataformas para la conexión lo que ha sido muy beneficioso para el proceso, estimulan a los chicos a estar concentrados y participar activamente.
Las academias han logrado mantener a las niñas con expectativas altas frente a las clases, utilizando elementos sencillos y programas fáciles de utilizar que han hecho que el proceso virtual sea tan eficaz como una clase presencial. Cabe resaltar la motivación que generan en las niñas, realmente han acompañado muy bien a las familias en este proceso.
Pero el éxito de la virtualidad no sería posible sin los padres, estos apoyan el proceso de los profes con muchos recursos incluso asumiendo juegos de roles en los que son los alumnos y sus chiquis les enseñan, esto les favorece la memoria y además los hace muy felices. Los padres valoran que ahora se enteran como se desarrolla una clase, entendiendo de primera mano la forma que tiene los maestros de enseñar y disfrutan viendo cómo interactúan los chicos con sus profesores y compañeros.
Estas son unas recomendaciones para quienes le apuestan a continuar apoyando a sus hijos en su formación dancística:
- Garantizar que usen la ropa adecuada que les facilite el movimiento y que los maestros puedan ver la técnica en la ejecución de la clase.
- El calzado es fundamental, debe elegirse el adecuado para trabajar en baldosa (dancesneakers, zapatillas de media punta etc.)
- Ayudar a los niños a estar atentos a la hora de la clase y facilitar los medios tecnológicos para la conexión.
- Verificar que el espacio físico de la casa sea el adecuado, evaluar que no haya elementos que puedan interferir en las clases ocasionando caídas.
- En lo posible dotar de una barra de ballet portátil o en su defecto buscar alternativas en casa que les dé un punto de apoyo estable para el trabajo
- Usar colofonia en el piso para evitar caídas.
Esperamos que estas recomendaciones sean muy útiles y que la danza no pare por ninguna razón.
Agradecimientos:
Maestros: Luisa Carmona, Paula Calderón, Juliana Cardona, Julián Ospina
Bailarines: Isabela Ramírez, Ana Martínez, Valentina Mariño (Allegro Ballet), alumnos Halo, Play Dance, Halo, Renacer Danza, NAB Taller de ballet
Padres: Play Dance, Halo, Allegro, Renacer Danza, NAB Taller de ballet.
Fuente fotografías: Andrea Wolff Ballet, Halo